miércoles, 15 de mayo de 2013

Sueños de arena

Hoy, caminando por la playa de la vida, he visto a un niño jugando en la orilla. No tenía pala, ni rastrillo, ni cubo. Pero tenía un sueño: quería construir el castillo de arena más espectacular nunca visto….

He visto como con sus manos cogía puñados de arena y los amontonaba con cuidado, luchando contra el viento y el mar que jugaba a robarle un poco de aquí y de allá, mientras el niño le sonreía divertido. He observado como caminaba de un lado a otro, tratando de buscar distintos enfoques, intentando perfeccionar su pequeña construcción, haciéndola crecer más y más.

Cuando ha dado por finalizado el trabajo, ha dirigido sus pasos hacia mí y sin dejar de mirar su nueva creación me ha preguntado ‘¿qué te parece?’. 

Por un momento sólo he visto un montón de arena acumulada, con buenas intenciones pero pocos resultados, y cuando ya me disponía a decirle que sin herramientas no era posible hacer un castillo, le he mirado a los ojos, y entonces… He visto en ellos las almenas, los torreones, los pasadizos, los puentes, las alcobas, el patio… he visto un castillo lleno de vida, de caballeros, de damas, de carruajes… he oído el bullicio de las cuadras, las trompetas, las espadas, los cascos de los caballos… 

Todo estaba ahí, en el reflejo de la arena en sus ojos, en la ilusión de su mirada… Y entonces he comprendido que los sueños se tornan realidad sólo cuando uno cree ciegamente en ellos… 

Hoy es el primer día del camino para hacer realidad un sueño…


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